Spanish Prospectuses Chilean Earthquake/Tsunami
El Terremoto y Tsunami del 2010 en Chile: Instituciones, Desigualdad y Ciudadanía
Editores:
Kirsten Sehnbruch, Facultad de Economía, Universidad de Chile
Manuel Tironi, Instituto de Sociología, Pontificia Universidad Católica de Chile
El 27 de febrero del 2010 a las 3.34 am, un terremoto de magnitud 8.8 en la escala Richter golpeó las regiones de El Maule y Bío Bío en el sur de Chile, fenómeno que fue seguido por una serie de tsunamis devastadores. El terremoto ha sido catalogado como el sexto más fuerte en la historia, causando un caos instantáneo y una destrucción que provocó la pérdida de 497 vidas y la desaparición de otras 200. El terremoto devastó parcialmente 5 grandes ciudades, 45 ciudades de tamaño medio y más de 900 pueblos rurales, villas costeras y comunidades. Los mayores daños se registraron en las ciudades de Concepción, Constitución, Talcahuano y Talca. En total, 50.000 familias perdieron sus hogares y 200.000 viviendas fueron dañadas severamente. Las pérdidas económicas del terremoto se estiman entre 15 y 30 mil millones de dólares.
Los desastres socio-naturales dejan de manifiesto todas las vulnerabilidades de las sociedades y los conflictos con sus respectivas estructuras de clase y poder. En efecto, los desastres proporcionan información clave para el entendimiento sobre cómo las estructuras de poder determinan los resultados sociales, políticos, económicos e institucionales de las sociedades que afectan. Como tal, los desastres son inseparables del contexto en el que actúan: las catástrofes tienen que ser vistas como experiencias localizadas fuertemente arraigadas en la historia política, económica y cultural de las sociedades específicas. Y efectivamente, el terremoto en Chile del 2010 desveló una serie de problemas, pero uno destaca particularmente en el marco de una pregunta política más amplia: el rol y la naturaleza del Estado en una sociedad neoliberal.
El desastre dejó en evidencia la pertinencia de esta pregunta de variadas maneras. En primer lugar, y en términos políticos, el terremoto se produjo dos semanas antes que la Concertación, la coalición de centro izquierda que gobernó Chile desde 1990, entregara el poder al primer gobierno de derecha electo desde 1958. Adicionalmente, una estructura centralizada obstaculizó inicialmente los esfuerzos del rescate (debido a la caída de los sistemas de comunicación), lo que fue acompañado por liderazgos políticos regionales débiles y un sistema municipal extremadamente frágil y sin capacidad política. Dadas estas limitaciones, el proceso de reconstrucción en Chile se fue convirtiendo en un ejemplo de política fragmentada. Por un lado, el plan de reconstrucción se basa en una estructura jerarquizada, y no en un una participación democrática que incorpore los conceptos de ciudadanía social. Por el otro, y en concordancia con la ideología neoliberal del gobierno de Piñera, el proceso de reconstrucción ha carecido de un plan de acción integral dirigido por el Estado. Se han diseñado instrumentos de política poco adecuados y sin una comisión nacional para la reconstrucción encabezada por el Presidente. El proceso de reconstrucción se ha basado en intervenciones locales discretas, financiadas por donaciones de empresas, sin ningún tipo de integración o coordinación intersectorial y sin ninguna relación vinculante con las estructuras legislativas. Sobra decir que el éxito del proceso está en duda. La falta de planificación y de participación ciudadana, los escándalos de corrupción que han resultado políticamente perjudiciales, la mala conducción y la falta de recursos han configurado un lento y fallido proceso de reconstrucción. Dicho de otro modo, el terremoto expuso la configuración política del Estado chileno: su renuncia a la intervención directa, su aversión hacia la democracia participativa y su marco tecnocrático.
La segunda forma en que el desastre reveló la naturaleza y el papel del Estado chileno es de orden social. Efectivamente, el terremoto puso de manifiesto la vulnerabilidad del país. Por un lado, y como era de esperar, el desastre golpeó a los más pobres. La intensificación del círculo vicioso de la pobreza, la pérdida de empleo o de actividad económica como consecuencia del terremoto, y la pérdida de viviendas y equipamiento fruto de éste son muestra de la profunda desigualdad que caracteriza a la sociedad chilena, la que deja a los más pobres completamente desprotegidos en caso de desastres naturales o socioeconómicos. Por otro lado, el terremoto puso al descubierto la precariedad de la clase media chilena. Sin ningún tipo de protección estatal, muchas familias de ingresos medios que habían escapado de la pobreza durante las últimas décadas cayeron nuevamente en la escala socioeconómica debido a sus pérdidas materiales. En otras palabras, el terremoto desenmascaró la incapacidad (o la reticencia) del Estado chileno para garantizar los derechos sociales, eliminar las desigualdades y proteger a familias de clase media.
En suma, el terremoto y tsunami del 2010 plantean preguntas fundamentales con respecto al rol del Estado y a la política económica con la que opera, así como a las tensiones entre un Estado atrofiado por la reestructuración neoliberal y la aparición de nuevas demandas, movimientos cívicos y vulnerabilidades. Por otra parte, estas preguntas no sólo se relacionan con la posición del Estado chileno como una entidad política interventora, sino que de manera más amplia, en cómo el poder y la capacidad de segmentar, jerarquizar y controlar se distribuye entre distintos actores políticos y se inscribe en diversas gobernamentalidades.
Esta convocatoria invita a presentar manuscritos para un volumen de Latin American Perspectives dedicado al terremoto en Chile. Buscamos artículos que tengan relación, en términos amplios, con tres temas centrales para entender la relación entre el terremoto/tsunami y la naturaleza y limitaciones del Estado en Chile:
- Instituciones. El desastre del 2010 reconfiguró el ámbito institucional de Chile: el Estado impulsó nuevas medidas políticas, las grandes corporaciones se convirtieron en actores claves, las autoridades municipales clamaron por más facultades y nuevos movimientos sociales emergieron, mientras que las ONG y las agencias internacionales intervinieron en los procesos de planificación. Algunas de las preguntas que queremos abordar son:
- ¿Cómo las instituciones gubernamentales respondieron al terremoto?
- ¿Están las instituciones chilenas equipadas para hacer frente a una catástrofe?
- ¿Cuál fue el papel de las entidades no gubernamentales –empresas privadas, ONGs y movimientos sociales- en los planes de reconstrucción?
- ¿El ejemplo de Chile se puede enmarcar bajo el concepto de “capitalismo de desastre”?
- ¿De qué maneras la respuesta del gobierno ante el terremoto se ha configurado en base a la confianza de Piñera en las fuerzas del mercado, la eficacia tecnocrática y el discurso del gobierno sobre “la nueva forma de gobernar”?
- La desigualdad social. El terremoto de Chile no sólo reveló las disparidades existentes, sino que también creo nuevas vulnerabilidades. Esto plantea preguntas sobre la estructura de clase y de poder, la protección social, la distribución del ingreso, la reducción de la pobreza y las políticas públicas de bienestar social en relación con el Estado. Algunos de los temas que queremos abordar son los siguientes:
- ¿El terremoto creó nuevas desigualdades o profundiza las ya existentes?
- ¿Cómo el terremoto afectó las capacidades y el bienestar de los diferentes grupos sociales?
- ¿Hasta qué punto están diseñados la estructura de derechos sociales y el sistema político en general para hacer frente a los desastres, sobre todo en relación a las consecuencias que afectan desproporcionadamente a los sectores de bajos ingresos?
- ¿Cómo se relacionan los niveles de pobreza multidimensional (nueva o preexistente) con problemas distributivos más amplios?
- ¿Qué revela el terremoto sobre el modelo socio-económico de Chile, especialmente en lo relacionado con el proceso de reconstrucción?
- La ciudadanía social. Los planes de reconstrucción resaltaron su naturaleza participativa, implementando una gran variedad de metodologías de participación. Sin embargo, varias organizaciones sociales surgieron tras el terremoto clamando por más inclusión y deliberación, y rechazando los resultados de los planes. Esto nos lleva a preguntas interesantes acerca de la ciudadanía social en relación con el Estado y la estructura de gobernanza en Chile:
- ¿Cómo diferentes actores –instituciones estatales, grupos ciudadanos y entidades privadas- definen ‘ciudadanía’ y qué procesos de subjetivación han estado en juego en la planificación post-desastre?
- ¿En qué medida la falta de un Estado que lidere la respuesta al desastre provoca la aparición de nuevas organizaciones sociales? ¿Qué factores han sido los más significativos en la capacidad de estos movimientos para lograr sus objetivos?
- ¿Se fusionaron demandas de clase preexistentes con las surgidas fruto de la catástrofe?
- ¿Cómo el gobierno (nacional, regional y local) lidió con las reivindicaciones políticas expresadas por los actores sociales en el contexto post-desastre?
- ¿Cómo diferentes epistemologías cívicas se enfrentaron en los planes de reconstrucción, particularmente considerando la dependencia del gobierno en el conocimiento tecnocrático y los arreglos neoliberales?
Invitamos a la presentación de trabajos de todas las áreas de las ciencias sociales (sociología, ciencia política, economía, historia, geografía, psicología, estudios de ciencia y tecnología, etc.). Si la propuesta es aceptada por Latin American Perspectives, cada manuscrito será revisado individualmente por la revista. Los artículos propuestos deberán ser compatibles con la declaración de la misión de American Latin Perspectives.
“Nuestro objetivo es fomentar el análisis de clase de las realidades socioculturales y las estrategias políticas para transformar las estructuras socio-política de America Latina. Hacemos un esfuerzo consiente para publicar una diversidad de puntos de vistas, tanto Marxistas como no Marxistas, que ha influido en los debates progresistas sobre Latinoamérica. La prioridad será dada a los artículos que aborden directamente las cuestiones teóricas más importantes, en particular a los temas que han recibido una discusión inadecuada o que estén siendo intensamente debatidos. También intentamos fomentar el trabajo académicos relativamente “desconocidos”, y de llevar el trabajo de académicos latinoamericanos al mundo angloparlante. Latin American Perspectives da la bienvenida a puntos de vistas fuertes, siempre y cuando estén respaldados por argumentos convincentes, se basen en la realidad latinoamericana y estén escritos para la comprensión de un público más amplio”.
PREPARAR Y ENVIAR MANUSCRITOS
Para evitar duplicar contenido, sugerimos comunicarse con los editores lo antes posible con un breve abstracto del tema que se propone desarrollar. Preferimos recibir manuscritos antes del 31 de mayo de 2012. Después de esa fecha, favor de consultar con la oficina de LAP o los editores para ver si todavia se pueden aceptar masuscritos adicionales.
Los manuscritos deben tener máximo 25 páginas (aproximadamente7,000-7,5000 palabras incluso notas y referencias) y ser presentados a doble espacio en fuente de 12 puntos con márgenes de una pulgada y deben ser paginados. Favor de seguir la guía de estilo que se encuentra en www.latinamericanperspectives.com en la sección “Submissions.” Consulte la sección “About” para la Declaración de Misión de LAP y los detalles sobre el proceso de evaluar manuscritos.
Los manuscritos pueden ser escritos en inglés, español o portugués. Favor de avisarnos si habrá dificultades en leer correspondencia de la oficina de LAP en inglés.
Manuscritos deben ser trabajos originales que no han sido publicados en inglés y que no están bajo consideración para publicarse en otro lugar en forma idéntica o muy similar.
Manuscritos debem ser enviados a la oficina de LAP por correo electrónico (o en un CD-ROM en formato Word o rtf) a la dirección: laps@ucr.edu
con la linea de sujeto – Su nombre – MS for Chilean earthquake issue
(Envie un archivo aparte con los datos biográficos del autor o autores y las direcciones electrónicas y postales)
Ademas, de ser posible, deben enviar dos copias impresas a:
Managing Editor, Latin American Perspectives, PO Box 5703, Riverside, California 92517-5703
- Pueden comunicarse con los editores del numero:
- Kirsten Sehnbruch – ksehnbruch@gmail.com
- Manuel Tironi – metironi@uc.cl